''Canción de Navidad'' de Charles Dickens (Reseña por Tanuki Yuki)


Esta es una historia que conocemos todos, que venimos de chicos o que vimos centenares de adaptaciones para chicos en la tele. Incluso de dibujitos. Y, por eso, es difícil empezar a leerlo sin ningún preconcepto. Sobre todo porque ya sabemos cómo termina. Pero el mensaje es eterno.

Lo que en un comienzo me hizo seguir leyendo (debo admitir) fueron las ilustraciones. Y me fasciné con el hecho de comparar los detalles de las descripciones de las escenas y ver como fueron llevadas a la ilustración. Y cada una era un mundo nuevo.

Pero, poco a poco, intente olvidarme de lo que creía saber y tratar de llegar al mensaje del libro (que obviamente de chica se me escapaba por completo). Y si, es un cliché decir cosas como “recuperar el significado de la Navidad” o “la Navidad se transformó en un evento consumista” y esas cosas que odio pensar, decir y terminar corroborando. Creo que sí; pero también, creo que no. Creo que cuando nos esforzamos, a las corridas por encontrarle regalos a todos, indefectiblemente pensamos en que le gustaría al otro (y si no es así avíseme porque tengo un motivo más para pensar que soy un marciano), decoramos la casa para recibir a nuestros invitados presentándole lo mejor de nosotros y pensamos en una comida para dejar a todos a gusto. Y sí, siempre hay un Scrooge, o una discusión familiar o el debate si se invita a tal o cual persona. Pero esto, al contrario de lo que se suele pensar, no hace peores a las Navidades, sino al revés, las hace mejores. Tenemos que aprender a convivir con gente que quizás no nos llevamos tan bien, y tenemos (o nos vemos forzados) a perdonar cosas del pasado para pasar una navidad en paz. Solo hay que convivir una noche. Solo una noche. Tenemos que ser capaces de poner de lado nuestras diferencias por una noche para hacer felices a otros. Siempre hay uno en la familia que intenta que todos se lleven bien y que en definitiva, al mantiene unida.

Si nos tocara ser Scrooge y poder dar un vistazo a las Navidades pasadas y lo que odiamos de estas suelen ser las discusiones, las peleas o que nos vimos forzados a ir a donde no queríamos. Bueno, tomémoslo como una enseñanza. Vayamos a donde nos invitan aunque haya gente que no nos caiga bien y démosle una oportunidad más de entendernos. Seamos tolerantes y bondadosos. Y no, esto no es ser hipócrita, no es fingir que todos nos caen bien o que a todos los queremos por igual o que somos una gran familia feliz. Es simplemente convivir. Es demostrar que no somos egoístas y podemos poner en pausa nuestros deseos en beneficio de otros, o mejor dicho para un beneficio común: pasar una noche en paz rodeado de gente que queremos (que quizás quiere a gente que no queremos tanto)

Y si, como dice el fantasma de las navidades pasadas, a todos los espíritus se les exige que caminen entre sus prójimos en vida y si no lo hace será condenado a hacerlo después de la muerte. Usemos este tiempo para caminar entre nuestros prójimos y tratar de entender el mundo desde su propio punto de vista. Quizás sigamos sin estar de acuerdo pero pasamos a entenderlos, y sino por lo menos lo intentamos. Y podemos pasar el resto del año con nuestros verdaderos amigos: en el caso de Scrooge: Ali Baba, Robinson Crusoe Y Viernes. En el mio: Alicia, Kathy H., Sakumi Sumire y Muy.

(Gracias a dios que existe el resto del año)




0 comentarios:

Publicar un comentario